miércoles, 3 de octubre de 2012

SINDROME DEL BIBERÓN

SINDROME DEL BIBERON



De los problemas dentales, las caries, son los trastornos de salud oral que más afectan a los niños; el pediatra, el médico general, el odontólogo y todo el personal de la salud que maneja niños, puede ayudar a prevenir las consecuencias físicas, psicosociales y económicas que ocasionan las caries, con una evaluación adecuada de la cavidad oral, educación y la continua recomendación de asistir a la consulta odontológica, para que el niño reciba a tiempo los cuidados que requiere.

Sin embargo, como no existe mortalidad o morbilidad grave relacionada con las caries, los médicos pediatras pueden pasar por alto la importancia de la salud oral en los niños y con frecuencia omitir el examen dental, ya que en su formación profesional no se hace mucho énfasis sobre los problemas odontológicos y la información recibida sobre salud oral es insuficiente, de tal manera que el médico casi siempre inicia su examen físico a partir de la orofaringe y región amigdalina, olvidándose totalmente de los dientes, tal vez porque desconoce la importancia de estos y especialmente la de los dientes temporales, pues se piensa que como estos los va a cambiar, no ameritan mayor cuidado; lo cual es un concepto erróneo y son muchos los niños diariamente hospitalizados con infecciones cervicofaciales complicadas cuyo inicio fue una caries de la dentición temporal, que al progresar ocasiona celulitis y abscesos y en algunos casos puede producir osteomielitis del maxilar y/o meningitis, poniendo en peligro la vida del paciente.

1. HISTORIA

La caries del lactante es un síndrome específico, fue descrita por Jacobi en 1862, quien la definió como una severa destrucción de los dientes anteriores, debido a la alimentación con líquidos, que contienen sacarosa, al momento de acostarse1. Massler describe las caries del lactante como una destrucción rápida que afecta principalmente incisivos superiores y no afecta en etapa temprana los incisivos inferiores. Más recientemente Ripa definió la caries de la lactancia como una forma específica de caries que se presenta en los dientes temporales.

2. IMPORTANCIA DE LAS CARIES DEL LACTANTE

La caries del lactante es un proceso patológico importante, que por su condición progresiva acarrea diferentes daños en la salud y en la personalidad del individuo, demandando grandes inversiones en recursos económicos y el concurso de personal especializado.

La caries del lactante es un síndrome que se presenta en los dientes temporales y afecta las superficies dentales consideradas de relativa resistencia a la caries, potenciándose el grado de destrucción con el tiempo de exposición al factor o posibles factores asociados, causando alteraciones de tipo funcional, estético, de fonación, esquelético, de nutrición y del desarrollo.

3. DEFINICIÓN.

La caries dental es una enfermedad infecciosa de origen bacteriano no específico de carácter multifactorial que causa la disolución mineral de los tejidos duros del diente por los productos finales del metabolismo ácido de las bacterias capaces de fermentar a carbohidratos (teoría acidógenica). La caries puede afectar el esmalte, la dentina y el cemento. Esta patología es uno de los padecimientos más frecuentes de los seres humanos que prevalece y la padece el hombre moderno tal vez como producto de la industrialización, la tecnología, y la economía de nuestra sociedad.

La caries del lactante, también conocida como caries del biberón, caries de la botella de crianza, caries del hábito de la lactancia prolongada, nursing caries, es la alteración de los tejidos duros del diente en lactantes y niños que han tenido contacto prolongado con sustancias cariogénicas y una higiene oral deficiente o ausente; todo esto, influenciado por factores psicológicos, sociales, culturales, educacionales del núcleo familiar en el que se encuentra el niño.

Inicialmente se desarrolla una banda blanca de descalcificación en el tercio gingival de los incisivos superiores, cambiando de color que puede ser de marrón a negro y en casos avanzados las coronas de los dientes frecuentemente se fracturan por el margen gingival. Este puede ser el primer signo en algunos casos que notan los padres de que existe un problema y pueden acudir al odontólogo con la queja de que los dientes del niño se le fracturaron repentinamente.

El síndrome caries del biberón debe diferenciarse de la hipoplasia del esmalte, la cual resulta de las deficiencias nutricionales, daños al nacer prematuros, ingesta de químicos como el exceso de flúor. Los defectos hipoplásicos muestran un patrón simétrico que puede correlacionarse con la cronología de la calcificación de los dientes.

Para diferenciarlo más claramente, el síndrome caries del biberón raramente incluye los bordes incisales, y los pacientes tienen una historia de exposición excesiva a líquidos altamente cariogénicos y esto, aunado a un esmalte inmaduro de reciente erupción y una mala higiene bucal, proporciona condiciones óptimas para la destrucción de los tejidos duros por caries, la que progresa rápidamente en la dentición temporal.

EXPLORACIÓN DEL PATRÓN DE CARIES DEL LACTANTE:

La razón para que la distribución de caries sea diferente entre los incisivos maxilares y mandibulares lo mismo que la severidad de las lesiones entre estos y los otros dientes se relaciona con tres factores:

1. La cronología de la erupción de la dentición primaria.

2. El tiempo que permanezca el hábito del biberón

3. El patrón muscular de succión del infante.

De la cronología de la erupción podemos decir que los primeros dientes en aparecer son los incisivos inferiores, entre los 6 y los 10 meses, los cuales no se afectan, por la protección lingual, los incisivos superiores son los siguientes en erupcionar entre los 6 y los 12 meses e inmediatamente están expuestos al medio ambiente oral; luego erupcionan los primeros molares tanto superiores como inferiores entre los 12 y los 16 meses, luego aparecen los caninos entre los 19 y 20 meses y por último los segundos molares entre los 20 y 30 meses.

El consumo de biberón, se elimina generalmente a los 24 meses lo que puede explicar en parte la ausencia de caries en los segundos molares. Aunque hay estudios que muestran que una experiencia de caries en incisivos superiores incrementa el riesgo de caries en los dientes posteriores.

Al hablar de succión, es necesario saber que generalmente el niño se encuentra en posición horizontal con el biberón en la boca y el chupo descansado contra el paladar, mientras la lengua en combinación con los carrillos, fuerza el contenido del biberón hacia la boca. La lengua se extiende hacia fuera y entra en contacto con los labios, cubriendo al mismo tiempo los incisivos inferiores. Al principio, la succión es vigorosa, la secreción y el flujo salivar son intensos y la deglución es continúa y rítmica; a medida que el niño se adormece, la deglución se hace lenta, la salivación disminuye y la leche empieza a acumularse alrededor de los dientes. Esto favorece el contacto con los dientes no cubiertos por la lengua, durante periodos prolongados a los carbohidratos que contenga el biberón. El contenido del biberón es generalmente carbohidratos fermentables, los cuales son metabolizados por los microorganismos orales, convirtiéndose en ácidos que van a desmineralizar el esmalte dental.

Ardran y col. realizaron un estudio que consistió en el seguimiento del total procedimiento de amamantamiento por medio de tomas cine-radiografía. Ellos reportaron que el pezón descansaba sobre la unión del paladar duro y blando y la acción de succión depositaba la leche sobre la parte posterior del paladar blando. Lo mismo hicieron con niños alimentados por biberón, hallando que estos niños a menudo no tomaban bastante leche dentro de la boca como para estimular el reflejo de la deglución. El volumen obtenido del pezón y del tetero es similar, pero el pecho ocupa más volumen dentro de la boca que el pezón artificial de este modo la alimentación por tetero se acumula en la boca alrededor de los dientes hasta que el reflejo de deglución es estimulado, esta se lleva a cabo en la parte posterior de la lengua y la orofaringe.

Si el líquido del tetero es consumido por períodos prolongados y tiene carbohidratos fermentables, estos serán metabolizados por los microorganismos orales que desmineralizan los dientes en este medio ambiente ácido estancado, haciendo que se desarrollen las lesiones rápidamente.

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